- El grupo interpreta en el claustro del convento de San Luis el programa ‘Dolcezza ed asprezza. La teoría de los afectos en los distintos géneros vocales de la Italia del seicento’
Un concierto repleto de afectos y emociones ha puesto en marcha la 21ª edición del Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco. Son los afectos y emociones de la música de transición entre el Renacimiento y Barroco que el grupo Vesalius llevó a la escena del claustro del convento de San Luis en una noche inaugural en la que brilló la belleza instrumental del grupo, con Alejandro Casal en el clave y Alejandro Marías en el violoncello barroco, y la voz limpia, bien articulada y de bello timbre de la soprano Cristina Bayón. El público que llenó el claustro agradeció la calidad del programa con un enorme aplauso en una noche para recordar.
“Todo lo que ocurra sin un elogiable afecto, puedes ser considerado como nada, no hace nada y no significa nada”. Esas palabras del compositor y teórico musical alemán Johan Mattheson constituyen el punto de partida del programa de Vesalius. El trío formado por tres profesores del Conservatorio Superior de Música Manuel Castillo de Sevilla, embarcado en la tarea de dar a conocer repertorio inédito de los siglos XVII y XVIII del patrimonio musical español, llevó a Vélez Blanco un programa en el que texto y música “deben ser interpretados de acuerdo a la emoción del intérprete en el momento”, según explicó el violoncelista de la formación Alejandro Marías.
Vesalius no abandonó, por suerte, el carácter didáctico de sus componentes. Dada la importancia de la letra, del texto, en el programa, sus componentes optaron por leer primero la letra de las canciones para luego dar paso a su interpretación musical. Dos de las piezas, sin embargo, Toccata Settima y Susana paseggiata, fueron solo instrumentales en una suerte de madrigales vocales en el que todo el peso de la letra que no está y el discurso armónico recae sobre la interpretación del clave, en el primer caso, y del clave y el violoncello barroco en el segundo. Sin duda, fueron dos momentos álgidos de la velada.
Y así, la noche transcurrió entre la emoción de una música “en cierto modo manierista, que quiere romper con las normas del Renacimiento” –dijo en otro momento del concierto Marías– y la emoción de las grandes noches de inauguración. Una magnífica iluminación de la escena y una agradable brisa pusieron el corolario a la primera cita musical de esta 21ª edición del festival.
Antes del concierto tuvo lugar un breve acto de inauguración en el que estuvieron representantes de las numerosas instituciones que soportan el festival. El ayuntamiento de la localidad estuvo representado por Ana Mª López, alcaldesa en funciones, que insistió en el prestigio del festival y aseguró que harían “todo lo posible por seguir ayudándolo”. Concepción Pérez Morales, en representación de la Diputación de Almería, auguró “un futuro prometedor” a “una de las citas culturales y musicales más importantes de España y que ofrece un valor añadido” a toda la comarca de los Vélez. José Luis Delgado Valdivia, delegado de Turismo de la Junta en Andalucía, aseguró que ”en los próximos días, el público disfrutará de la cultura y, también, de la magia” que producen estas citas. Amalia Magán, directora de los Cursos de Verano de la Universidad de Almería (UAL) –en los que se enmarca la Academia de Música Barroca y el Seminario de Historia del festival– explicó el deseo de la UAL de estar presente en “un entorno patrimonialmente tan importante como este en el que, además, se ofrece una propuesta de gran calidad y en la que se miman todos los detalles”. Daniel Pérez, por su parte, representante de Cajamar, recalcó el interés de su institución por seguir apostando por el festival.
Fernando Martínez, Secretario de Estado de Memoria Democrática, habló en nombre del Gobierno y de las dos instituciones gubernamentales patrocinadoras, Acción Cultural Española e INAEM (Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música). Martínez recordó “el alcance internacional que ha tomado el festival”, algo difícil de imaginar cuando se puso en marcha, hace ya más de dos décadas y de lo que “Vélez Blanco ha de estar muy orgulloso”. Se trata, recordó, de un acontecimiento cultural anclado en dos hechos fundamentales, “la gran tradición musical de esta zona y el necesario apoyo de instituciones de numerosos ámbitos”. Martínez agradeció el apoyo expreso que todos los representantes dieron a la continuidad del festival y de su patrocinio. La directora del Festival, Cándida Martínez, agradeció el apoyo durante años de las instituciones y del público al festival y recordó que “en esta edición, volvemos a contar con los mejores solistas y grupos para el lema que hemos elegido, Entre Italia y España”, en una cita que “más allá de los conciertos, es convivencia, compartir experiencias, aprender y disfrutar del entorno”.