El espectáculo «Tonos y Ayres» estuvo compuesto por tonos y villancicos de compositores españoles del Renacimiento y el Barroco. Las canciones de José Marín abrieron un exquisito programa que se redondeó con piezas para guitarra sola de Luys de Narváez, Santiago de Murcia y Miguel de Fuenllana, y culminó con tres preciosas canciones de Sebastián Durón. La música de dos compositores europeos H. De Bailly y Jean-Baptiste Lully, acompañaron la de los músicos españoles. Grandes nombres de la música vocal y guitarrística que hacen posible comprender el florecimiento artístico de nuestro país en esos siglos. Un programa variado, con distintos registros y modos, que deleitó a los asistentes al Festival.
La belleza y sutileza de la voz de Kimiyo y la precisión y solidez de la guitarra de Manel Sánchez brillaron anoche en el claustro del convento de San Luis. Ambos intérpretes crearon una atmósfera de intimidad que envolvió al público asistente que supo hacer música de sus respetuosos silencios, apenas rotos por el piar de las golondrinas y por los calurosos aplausos con los que se premió la actuación de ambos intérpretes.